Para muchos regresar de un viaje es lo peor de todo. Es un combate que tienen que afrontar. (Quizás por eso las palabras “come back” y “combat” suenan tan parecidas).
Pero como ya dije antes yo me fío del arte y no de las personas. Si mama, te salí bien hippie, aceptalo. Y en la música tenemos a Andrés Calamaro que en el 2004 hizo su regreso en Obras, donde agotó localidades... Entonces quizás,existe la posibilidad de que un regreso no sea tan malo, sino todos los ricoteros del mundo no pedirían a gritos que Skay Bellinson y el Indio Solari vuevan a tocar juntos por al menos una vez más. Y si seguimos, la lista es infinita. Pero fijemos esta idea, el regreso es bueno. Hay que disfrutar de la vida que se tiene día a día.Si tu vida a la que regresas, la que “por suerte abandonaste por unos días”, es tan mala, entonces tu vida es la que tiene que cambiar, no tu pasaje de vuelta.
Ahora bien,nos surge otra pregunta: ¿Si tanto te gusta el regreso, la pasaste bien en Nueva York? Pero claro! La respuesta es obvia. Lee mis anteriores escritos, mira las fotos que subí. Y si no te cierra, claro que la pase bien. Caminé por toda la ciudad, me acosté en varios parques a descansar y a leer, fui a ver teatro y sobre todo pasé mucho tiempo con mi hermano: desde hacer muebles a salir a las 2 de la mañana de la última noche a capturar pokemones porque no teníamos sueño.
El regreso es bueno, y si no lo es, te tiene que hacer ver que hay algo que debe cambiar, estás a tiempo, hacelo.
Pd: esto se escribió en el avion sentado, ahora sí, en un asiento de emergencia.